Maldita sociedad super sexualizada!
Maldita realidad preternatural de carácter sexual!
Y lo peor es que el raro al final, soy yo.
Fóllame, primero, con la mente.
Solo entonces podrás
hacerlo con el cuerpo.
Oh si, qué maravilloso sería un mundo con estos tres versos como principio moral.
A dormir!
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