De esto que tu organismo no puede más.
Entonces tienes un sueño en el que una chica te enseña las tetas,
De esto que te corres en sueños.
Y te tienes que levantar por la mañana con sueño, como siempre, con prisa, como siempre, y aun por encima teniendo que limpiar una guarrada que ni siquiera has disfrutado.
Anda a la mierda.
viernes, 18 de diciembre de 2015
jueves, 17 de diciembre de 2015
Anotación 57
Ahora mismo, estoy escribiendo escondido desde el baño de casa de mis abuelos.
La empleada doméstica que tienen lleva años haciendo extrañas insinuaciones cada vez que vengo.
Hoy... hoy se ha salido de madre. Mientras desayunaba, ella fregaba el suelo de la cocina. Se agachó.
Dejó que sus pechos casi chocasen contra mi cara.
Me mira.
Me pregunta "necesitas algo?"
Si, dios mío, claro que necesito algo. Necesito que acabe tu jornada laboral, te vayas a tu casa y yo pueda salir del baño!
La empleada doméstica que tienen lleva años haciendo extrañas insinuaciones cada vez que vengo.
Hoy... hoy se ha salido de madre. Mientras desayunaba, ella fregaba el suelo de la cocina. Se agachó.
Dejó que sus pechos casi chocasen contra mi cara.
Me mira.
Me pregunta "necesitas algo?"
Si, dios mío, claro que necesito algo. Necesito que acabe tu jornada laboral, te vayas a tu casa y yo pueda salir del baño!
miércoles, 16 de diciembre de 2015
Anotación 55
Ah, la vida y sus cosas...
Recuerdo que hace tiempo, por mi barrio había una gitana despampanante. Verdaderamente despampanante. Melena negra, ojos oscuros, cuerpo bonito... hasta podríamos decir que se movía con más elegancia que ninguna mujer que yo hubiera visto antes.
Iba, habitualmente, en compañía de varias amigas, montando jolgorios y algarabías. Ella no. Ella se mantenía al margen de todo aquello, hablando suave, con una voz aterciopelada y dulce que nunca podré sacar de mis oídos.
Pasó, que, al parecer, la gitanilla me echó el ojo. "Roneaba", como dicen ellas, cuando yo estaba delante.
Yo, como los lectores habituales ya sabrán, tiendo a no enterarme de las cosas y a huir cuando me entero, causaba con mi actitud que cada vez las ganas de echarme el guante eran mayores.
Un día, todas las amigas me rodearon. En principio bien. Sólo me echaban en cara que yo no hacía caso a la cachonda de su amiga.
Pero mire usted lo que son las cosas, oiga. Las gitanas se empiezan a calentar. Y cada vez parecen estar más enfadadas conmigo. Y cada vez gritan más. Y yo intento huir. Y ellas me agarran. Una me tira del pelo. La otra me araña. La última me da una bofetada.
Y así, tacita a tacita, me dieron una somanta de hostias que en la vida me han vuelto a dar una semejante.
A ella aun sigo viéndola por la calle. Nuestras miradas se cruzan. La suya se desvía con vergüenza.
La mía, algo desfigurada todavía con los golpes, piensa que menuda pena de genofobia. Que la chica no está nada mal, que tal vez algún día.
Pero a mi me gusta más así. Una chica que me gusta, a la que veo por la calle con la cosciencia serena de que nunca estaremos a menos de 30cm el uno del otro.
A veces se puede llegar a disfrutar mucho de un amor platónico.
Aun cuando sus amigas te intenten matar.
Recuerdo que hace tiempo, por mi barrio había una gitana despampanante. Verdaderamente despampanante. Melena negra, ojos oscuros, cuerpo bonito... hasta podríamos decir que se movía con más elegancia que ninguna mujer que yo hubiera visto antes.
Iba, habitualmente, en compañía de varias amigas, montando jolgorios y algarabías. Ella no. Ella se mantenía al margen de todo aquello, hablando suave, con una voz aterciopelada y dulce que nunca podré sacar de mis oídos.
Pasó, que, al parecer, la gitanilla me echó el ojo. "Roneaba", como dicen ellas, cuando yo estaba delante.
Yo, como los lectores habituales ya sabrán, tiendo a no enterarme de las cosas y a huir cuando me entero, causaba con mi actitud que cada vez las ganas de echarme el guante eran mayores.
Un día, todas las amigas me rodearon. En principio bien. Sólo me echaban en cara que yo no hacía caso a la cachonda de su amiga.
Pero mire usted lo que son las cosas, oiga. Las gitanas se empiezan a calentar. Y cada vez parecen estar más enfadadas conmigo. Y cada vez gritan más. Y yo intento huir. Y ellas me agarran. Una me tira del pelo. La otra me araña. La última me da una bofetada.
Y así, tacita a tacita, me dieron una somanta de hostias que en la vida me han vuelto a dar una semejante.
A ella aun sigo viéndola por la calle. Nuestras miradas se cruzan. La suya se desvía con vergüenza.
La mía, algo desfigurada todavía con los golpes, piensa que menuda pena de genofobia. Que la chica no está nada mal, que tal vez algún día.
Pero a mi me gusta más así. Una chica que me gusta, a la que veo por la calle con la cosciencia serena de que nunca estaremos a menos de 30cm el uno del otro.
A veces se puede llegar a disfrutar mucho de un amor platónico.
Aun cuando sus amigas te intenten matar.
domingo, 13 de diciembre de 2015
Anotación 54
Hace varios años, siendo yo un gran inexperto en el mundo del sexo (o sea, como ahora) me acosté con una chica despampanante, que para mas inri era de Mozambique. Una auténtica belleza "exótica", como dirían algunos.
Creo recordar que a la mitad del coito, noté algo raro. Una sensación así como en el pene.
El caso es que tras mucho dale que te pego, yo no me daba corrido, a lo que ella dijo "¿Quieres que te la chupe?
Yo acepté encantado. Encantadísimo, claro. Una belleza negra de grandes pechos y grandes labios bajándose al pilón.
Y cuando me fue a quitar el condón para iniciar la felación....
Zasca!
Ya me había corrido. Hacía rato además, y al quitar el condón, todo cayó sobre su cama, sobre su mano, sobre su todo.
Cómo hice para correrme, no darme cuenta y conseguir que no se me bajase la erección, es algo que nunca sabré.
Lo que si sé es que a ella, nunca más la volví a ver.
Creo recordar que a la mitad del coito, noté algo raro. Una sensación así como en el pene.
El caso es que tras mucho dale que te pego, yo no me daba corrido, a lo que ella dijo "¿Quieres que te la chupe?
Yo acepté encantado. Encantadísimo, claro. Una belleza negra de grandes pechos y grandes labios bajándose al pilón.
Y cuando me fue a quitar el condón para iniciar la felación....
Zasca!
Ya me había corrido. Hacía rato además, y al quitar el condón, todo cayó sobre su cama, sobre su mano, sobre su todo.
Cómo hice para correrme, no darme cuenta y conseguir que no se me bajase la erección, es algo que nunca sabré.
Lo que si sé es que a ella, nunca más la volví a ver.
lunes, 7 de diciembre de 2015
Anotación 53
Hace poco celebré mi cumpleaños. Tras una larga noche en la Calle Real de mi ciudad, bebiendo, fumando y haciendo maldades, movimos el culo hacia otra de las zonas de fiesta de la ciudad.
Allí, en la puerta de una cervecería, estaba un amigo mío, junto con dos chicas que están de Erasmus en el mismo centro que él.
El caso es que en cuanto llegué, una de ellas se separó de su grupo y se vino a hablar conmigo. Descaradísimamente. Y de ahí a un rato, cuando mi colega sugiere que entremos en uno de los locales de bailoteo, ella se acerca aun más y me pregunta: "Vas a entrar?"
Yo, alzando mis manos para mostrarle el pitillo y la cerveza que en ellas tenía, asegurando que al terminar, entraría.
Ella me mira. Se queda un momento en silencio, y a continuación dice, "Vale, te espero."
Ahí saltaron TODAS las alarmas. El caso es que, además, al ser de otro país, la comunicación se hizo en inglés, y no me dirán ustedes que "Te espero" es mucho más light que " I wait for you". FOR YOU, o sea, por mi, espera dentro a que yo entre y no a que entre ninguna otra persona.
Confiada, entró al local. Yo miré a uno de mis amigos, el cual hacía un rato manifestaba estar muy borracho y querer irse a casa.
"Tío, recuerdas tu sugerencia de volver a casa? Me apunto"
De camino a casa, pensaba en el plantón que le di a la pobre mujer. Lo peor de todo, es que aunque me hubiese gustado, la forma tan directa y agresiva en la que me entró hubiese provocado el mismo resultado.
En cualquier caso, ella no era la que, de las dos Erasmus que con mi amigo estaban, podría haberme gustado.
Joder qué larga se ha hecho esta entrada!
Allí, en la puerta de una cervecería, estaba un amigo mío, junto con dos chicas que están de Erasmus en el mismo centro que él.
El caso es que en cuanto llegué, una de ellas se separó de su grupo y se vino a hablar conmigo. Descaradísimamente. Y de ahí a un rato, cuando mi colega sugiere que entremos en uno de los locales de bailoteo, ella se acerca aun más y me pregunta: "Vas a entrar?"
Yo, alzando mis manos para mostrarle el pitillo y la cerveza que en ellas tenía, asegurando que al terminar, entraría.
Ella me mira. Se queda un momento en silencio, y a continuación dice, "Vale, te espero."
Ahí saltaron TODAS las alarmas. El caso es que, además, al ser de otro país, la comunicación se hizo en inglés, y no me dirán ustedes que "Te espero" es mucho más light que " I wait for you". FOR YOU, o sea, por mi, espera dentro a que yo entre y no a que entre ninguna otra persona.
Confiada, entró al local. Yo miré a uno de mis amigos, el cual hacía un rato manifestaba estar muy borracho y querer irse a casa.
"Tío, recuerdas tu sugerencia de volver a casa? Me apunto"
De camino a casa, pensaba en el plantón que le di a la pobre mujer. Lo peor de todo, es que aunque me hubiese gustado, la forma tan directa y agresiva en la que me entró hubiese provocado el mismo resultado.
En cualquier caso, ella no era la que, de las dos Erasmus que con mi amigo estaban, podría haberme gustado.
Joder qué larga se ha hecho esta entrada!
jueves, 3 de diciembre de 2015
Anotación 52
La de veces que me he masturbado pensando en ti, y tú a estas alturas aun sin saberlo...
Anotación 51
http://www.20minutos.es/noticia/2611359/0/asexuales-asexualidad/cuando-sexo/no-importa/
Que no es ser asexual, es ser genofóbico, jodeeeeeeeer
Que no es ser asexual, es ser genofóbico, jodeeeeeeeer
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