lunes, 1 de febrero de 2016

Anotación 61

Un día, hace varios años, había quedado con una amiga para hacer el sexo en su casa.

El camino hasta allí desde mi hogar, transcurre por una laaaaarga y sinuosa calle, que puedes tardar 30-40 minutos en recorrer.

Inicié el paseo confiado. Con ganas, incluso.

Poco a poco, dar el paso siguiente se me hacía más complicado. Empezaba a pensar y repensar lo que iba a suceder. La exposición al cuerpo, a la carne, al sentimiento.

Que no, no recuerdo cual fue el motivo que me hizo pensar "me doy media vuelta". Pero sé que, no sé, sé que tuve miedo, que llevaba mucho sin follar y tenía miedo de correrme muy rápido. Miedo de no estar a la altura. De no ser el hombre que se esperaba que fuese.

Vaya, que lo que me hizo dar la vuelta fue la tremenda presión que también sufrimos los hombres sobre nuestro rendimiento sexual...

Y hoy en día puedo decir que lo siento.
 Que muy gustosamente quedaría con esta mujer, para retomar aquella "conversiación" nunca terminada, apenas empezada.

Lo siento. Tal vez un día volveremos a tener una oportunidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario