lunes, 29 de septiembre de 2014

Anotación 15

Hoy, en la playa, mientras procuraba que mis ojos no se topasen con la multitud de culos y tetas allí presentes, un tábano me picó en la pirola ( toma patada a las probabilidades ).

Y es guay, porque ahora, hinchada y purulenta como está, no tengo que poner ningún tipo de excusa, mas que la sumamente evidente, para no terminar en la cama de nadie.

Que vivan los bichos de puntiagudo aguijón!

No hay comentarios:

Publicar un comentario