miércoles, 10 de diciembre de 2014

Anotación 42 (más lírica!)


Cierto día, encontrábame yo en la escuela de arte dramático de Galicia, a punto de salir para Ourense para una representación, cuando un apretón tenebroso surgió de las profundidades del recto. Sentado en el váter, unos terribles versos surgieron en mi cabeza, y este es el resultado. Disculpen lo escatológico.



Y aquí estoy yo.
Descomponiéndome.
Pudriéndome.
Sentado en algún váter
de la ESAD.

Es la caca que no para de bajar.
Una cagada eterna que no cesa.
Es el olor que no me deja respirar.
Al menos ahora me sentiré más ligero
al caminar.

Oh, caca de las cacas…
Que descompuesta, dura o sin ganas,
tu destino, como los ríos,
siempre será la mar.


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