viernes, 12 de diciembre de 2014

Anotación 44

Un día, descubrí que me podía masturbar. Yo hasta ese momento, pensaba que el simple hecho de mover la mano arriba y abajo ya daba placer, no sabía que el movimiento debía continuar mientras estimulabama mi mente con vídeos, sonidos, mi imaginación...

Así que si, yo era un niño que pensaba que no se podía masturbar. Que por fisionomía, o lo que sea, la paja estaba prohibida para mi.

Por eso, cuando vi salir de mi pilila un líquido lechoso, pegajoso y caliente, no pude sino correr a mi madre, y pedirle auxilio.

A día de hoy, en las comidas familiares, disfruta de contar tan bonita anécdota para el deleite de todos los hijos de puta que hay en mi familia.

Ah!

No hay comentarios:

Publicar un comentario